Día de la Vinculación Tecnológica: De qué se trata esta función universitaria

4 junio 2024

La directora de Vinculación Tecnológica de la Universidad Blas Pascal (UBP), Gabriela Dignani reflexiona sobre los aspectos centrales de cómo las casas de altos estudios pueden aportar al desarrollo del entramado productivo desde la generación de conocimiento.

Las universidades, mediante la generación de conocimiento, ejercen un impacto directo en la sociedad, que en muchas oportunidades no está visibilizado o queda oculto en los resultados de esa innovación o mejora.  A través de la vinculación tecnológica, las soluciones desarrolladas en las instituciones académicas llegan a la sociedad, impulsando el crecimiento económico y mejorando la calidad de vida. ¿Pero cómo se da concretamente ese proceso?

La vinculación tecnológica hace referencia a las acciones y gestiones que van más allá de una de las misiones que tienen todas las casas de estudios de vincularse con su entorno: la extensión universitaria. 

La vinculación, la última de las misiones que incorporaron las universidades, trata de transferir conocimientos y de colaborar activamente con empresas, organizaciones y actores del entorno socio-productivo. La provincia de Córdoba es una referencia en esta materia, ya que conjuga un vasto polo universitario potente y un polo productivo diversificado. 

Se trata de responder con solidez y rapidez a las necesidades del sector,  impulsando la innovación, el desarrollo económico y la competitividad, a través de la puesta en valor de los desarrollos científicos y tecnológicos de cada  casa de estudios.

Se pueden mencionar al menos tres  funciones de vinculación tecnológica, desde el punto de vista de las universidades.

La transferencia tecnológica: las universidades intervienen con sus avances científicos y tecnológicos en el sector socio-productivo. Proponiendo por ejemplo nuevos materiales, soluciones informáticas, innovaciones en el método/dispositivos educativos, etc.  La transferencia de estas tecnologías beneficia a la sociedad en su conjunto.

La colaboración con la industria: las alianzas entre universidades y empresas son esenciales. Juntas, pueden resolver problemas, desarrollar productos y mejorar procesos. La investigación aplicada se convierte en una herramienta poderosa para la innovación.

La innovación y el desarrollo: la vinculación tecnológica no solo se queda en el laboratorio. Se traduce en patentes, startups y proyectos con impacto real. La universidad se convierte de esta manera en un motor de desarrollo económico y social. 

Pero estas no son las únicas funciones de la vinculación,  las universidades también pueden asesorar sobre propiedad intelectual;  relevar y detectar fuentes de financiamiento;  presentar proyectos a fondos nacionales e internacionales,  y  trabajar en prospección e inteligencia estratégica, entre otras. 

Para sintetizar, la vinculación tecnológica es un puente vital entre la academia y la sociedad. Las universidades, al colaborar con su entorno, contribuyen al desarrollo sostenible y al progreso.

A su vez es un proceso de retroalimentación, dado que las Instituciones de Educación Superior (IES) deben mantenerse informadas sobre los cambios, avances e innovaciones a nivel mundial o regional. Estamos hablando de conocimiento aplicado. 

Esto les permite estar atentas a lo que sucede en su entorno y elaborar estrategias prospectivas para prever el futuro en un contexto cada vez más incierto. 

“Los rápidos cambios y el desarrollo tecnológico exigen que el sistema educativo sea flexible y receptivo a las necesidades locales y nacionales”, señala la Declaración Mundial sobre la Educación Superior de la Unesco. 

No hace falta pensar en grandes desarrollos, sino en necesidades concretas de cada sector. Un ejemplo claro que se da en nuestro territorio son los proyectos de alfabetización digital, que con el apoyo y financiamiento del área de Ciencia y Tecnología de la provincia, las universidades y el sector científico brindan soluciones a pymes de Córdoba que no pueden acceder a los desarrollos tecnológicos. La UBP forma parte de varios de ellos. 

La pregunta que no hemos contestado es, porque se conmemora el Día de la Vinculación Tecnológica el 4 de junio.  Ese día se conmemora el nacimiento de Jorge Sábato, creador del conocido “Triángulo de Sábato”.

El Triángulo de Sábato es un modelo de política científico-tecnológica que postula la necesidad de una fuerte relación permanente entre tres vértices clave: el Estado (como diseñador y ejecutor de la política), la infraestructura científico-tecnológica (donde las universidades desempeñan un papel fundamental) y el sector productivo (como demandante de tecnología). 

Estas interrelaciones son esenciales para que exista un sistema científico-tecnológico efectivo. El modelo se difundió en América Latina y alimentó el Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Desarrollo.

En este marco, el impacto de la ciencia y la tecnología necesita ser canalizado a través de las políticas públicas ya que parten de una evaluación de las necesidades,  los requerimientos y las prioridades de cada sector. El trabajo conjunto permite así beneficiar a todo el entramado donde está cada pyme y redundan en un impacto económico y social para toda la sociedad. 

Desde la Dirección de Vinculación Tecnológica nos proponemos relevar y potenciar las capacidades científico-tecnológicas de la UBP para ponerlas a disposición de diversos actores sociales. Esto implica conectar a los equipos de investigadores y profesionales con las demandas específicas de innovación tecnológica de la sociedad y el sector productivo.

Además la gestión de Protección del Conocimiento, Implementación de Instrumentos de Vinculación, definiendo estrategias y herramientas para facilitar el desarrollo y la transferencia de tecnología y el Asesoramiento y Difusión de las actividades realizadas.

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